viernes, 17 de julio de 1987

ERROR A REPARAR - "Día de la Infantería"


El Gral. L. de Palleja, es retirado muerto del campo de batalla
En 1940 se decretó la designación del 24 de febrero como "Día del Arma de Infantería" por tratarse del aniversario de la creación de la primera unidad de dicha arma. Pero con fecha 3 de junio de 1975, con la firma de Bordaberry, y su ministro de Defensa Dr. Walter Ravenna, se decreta la sustitución de dicha fecha por la del 18 de julio. Obviamente, no se trataba de un homenaje a nuestra primera Constitución, sino a la actuación de fuerzas orientales -junto a argentinas y brasileras- contra los paraguayos, quienes defendían heroicamente su suelo, en la sangrienta batalla de Boquerón del Sauce.



Cuatro meses antes de Boquerón, el primer ministro británico, Lord Russell, publicitó en pleno Parlamento, el hasta entonces tratado secreto de la Triple Alianza, celebrado en nuestro departamento de Colonia por los representantes de las tres fuerzas agresoras, bajo la batuta del ministro inglés en Buenos Aires, Edward Thornton. Allí se especificaba  prolijamente el territorio que se adjudicaría al Brasil (47.000 km 2. del oriente paraguayo) y a la Argentina (la actual provincia de Formosa). Sin perjuicio, claro está, de proclamar que iban a la guerra para democratizar al Paraguay.

Ante las cancillerías agresoras, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador protestan con gran indignación. Y con indignación y celos los Estados Unidos. Como venganza, Brasil y Uruguay dan vital ayuda a la flota de España, en guerra con Perú y Chile.

Por su triste papel de furgón de cola de los sub-imperialismos sudamericanos, Uruguay obtendrá amplia cosecha de viudas, huérfanos, lisiados y miles de muertos. Cuatro a cinco mil fuera del país. Y por lo menos otros tantos dentro de fronteras, a causa de las enfermedades exóticas traídas por los heridos y enfermos repatriados, como el cólera y la fiebre amarilla. Según el historiador Washington Lockhart, más de 2.000 personas murieron del cólera importado, en su departamento natal de Soriano.

Sin duda que también contribuirían a difundir dichas enfermedades los prisioneros paraguayos que nuestro presidente, el general Flores decidió enviar a nuestros saladeros en carácter prácticamente de esclavos, política de corte antinflacionario desde que
 "...indudablemente harían bajar los salarios" ("Diario del Cnel.  Palleja". anot. del 20.IX.865).

Boquerón fue una batalla tremendamente sangrienta, de una guerra infame. Doblemente infame en el caso de Uruguay. Porque el detonante de la masacre del Paraguay fue su intento de ayudar al gobierno legal de Uruguay, en momentos en que era invadido por un vecino infinitamente más poderoso.

Pero la mejor definición de esta guerra la dará en su "diario" el propio coronel León de Palleja, el famoso sevillano al servicio del Partido Colorado muerto en Boquerón. Dice en su anotación del 16.II.866:
 "...considero una guerra estúpida la que hagan entre sí orientales y paraguayos. Naciones de un origen y causas idénticas, aunque por distintos medios, están destinadas a mantener una política común (¡lo predicaron Artigas y Berro!) y a ser hermanas y no enemigas; pero ya que paraguayos y orientales cayeron en este error, tendríamos un verdadero pesar en no regresar a la patria amada con honra, aunque volviéramos sin gloria". Porque con gloria se muere defendiendo a la patria y no en una guerra de pillaje. Y de pillaje en beneficio de terceros.

Pocas acusaciones tan graves por lo sinceras y espontáneas contra un mandatario al que realmente apreciaba, pero al que veía pagando con sangre oriental y paraguaya, en cruda operación de toma y daca, la deuda que contrajera con quienes lo habían sentado en el sillón presidencial  de nuestro país.

El 18 de julio de 1866 con honra -aunque sin gloria como él pareció intuirlo -cayó De Palleja. Fatídica fecha con visos de carácter expiatorio por aquel otro 18 de julio de 1853, cuando en plena capital hizo fusilar alevosamente por la tropa de línea a sus órdenes, en sañuda cacería humana, a varias decenas de jóvenes e inermes guardias nacionales de la Infantería de la Unión.

Infeliz fecha sí, para celebrar el "Día del Arma de Infantería". Esperemos que entre "quienes corresponda" haya gente con suficiente lucidez, ecuanimidad y SENTIDO DE SOLIDARIDAD AMERICANISTA ¿para qué entonces avenida, busto y monumento a Solano López?), como para retornar la conmemoración a su fecha original y lógica.

JORGE PELFORT
EL PAÍS
17  julio 1987

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