sábado, 18 de enero de 1992

LOS CAPOS DE LA SERIEDAD - ¡Esto sí que está gracioso!

Dr. Alberto Zumarán
SOCIALISTA: Socia que no pagó ni un recibo en todo el año, sin perderse por ello ni un solo baile del Club (Julio E. Suárez, "Diccionario del Disparate").

En el suplemento de EL DÍA del 29 ppdo., haciendo gala de una "Chispa" tipo yesquero húmedo, un articulista, dice encontrar "gracioso" que el Dr. Zumarán piense concurrir a la invitación formulada por la Internacional Socialista en ocasión de su reunión en Río de Janeiro, siendo "...uno de los candidatos del partido del que salieron ataques más duros a Batlle y el batllismo".

Por el contrario, "...que Sanguinetti, secretario general del Partido Colorado y candidato presidencial de su mayoría viaje a Río... no puede sorprender a nadie", porque según se nos informa, el batllismo es lo más parecido al socialismo que hay en plaza, como quien dice un sucedáneo. Así de "gracioso".

Comprendemos que algún joven poco interesado en hurgar en nuestro pasado más o menos inmediato, o algún veterano poco memorioso puedan, de pronto, deglutirse tamaña píldora. Como lo puedan haber hecho tantas personas que, desde sus inicios en la vida pública, ya por pereza, ya por conveniencia, resolvieron calarse amplias anteojeras cosas de no informarse de otra cosa que no emanara del templo de 18 y Yaguarón. En ello, sin duda, confía el articulista.

Pero tampoco se puede ser tan joven ni tan distraído para no enterarse de lo que ha sucedido en esta mismísima década del ochenta.

PROSCRIPCIONES PARA EL 2000.- Así por ejemplo, el Dr. Tarigo, integrante de la fórmula sucedánea del socialismo, siempre ágil para largarle sugerencias más o menos disimuladas a los militares advirtiéndoles antes de entrar a negociar en qué se está dispuesto a ceder, escribía en su editorial de OPINAR (7.XII.81) ante la iniciación de los estudios de la Ley de Partidos Políticos por parte del gobierno que "...prohibiendo aquellos partidos que por medio de la violencia o de la propaganda que incite a la violencia, tiendan a destruir las bases fundamentales de la nacionalidad y aquellos otros que evidencien subordinación a partidos o estados extranjeros, puede ser hoy y aquí, en esta coyuntura especialísima que vive el país, una solución prudente y adecuada. El tiempo dirá, de aquí a diez o veinte años, si ella debe ser mantenida o retocada".

No podía ignorar el avezado editorialista, en este idioma tan grato a los improvisados como aprensivos legisladores, que éstos tenían clasificado al Partido Socialista en situación de "...subordinación a partidos o estados extranjeros".

Con sibilina sugerencia, planteaba pues para aquél, una "prudente" proscripción de hasta 20 años con opción, unilateral por supuesto, a una "adecuada" ampliación. Porque retocar en menos, claro, no se podría. Y no sea cosa que empiecen a jorobar apenas iniciado el próximo siglo.

Resulta altamente sorprendente, por lo demás, que el titular de la fórmula "cuasi socialista" cuya presencia "...en la mesa de Internacional Socialista no puede sorprender a nadie", no haya logrado obtener durante su prolongado periplo de ministro pachequi- bordaberrista, el menor apoyo de sus cuasi correligionarios, ni siquiera para su magna obra de la Ley de Educación, de la que se empeñó en exhibirse, con machacona insistencia, "único autor".

MUCHÍSIMOS NOS QUEDAMOS.- En su reciente cadena televisiva, el Dr. Sanguinetti hizo también alarde de haber permanecido "...aquí en el Uruguay, once años combatiendo al gobierno de facto"-  Hasta los más distraídos saben que irse o quedarse no es índice de mayor o menos guapeza como suelen sugerir los colorados, de los cuales ninguno tuvo que irse, ni para afuera ni para "adentro" que era la otra alternativa, sino del grado de peligrosidad u odiosidad que les adjudicaba la dictadura.

Yo, modesto militante blanco, no me tuve que ir. Con la misma frecuencia de antes, nos seguíamos reuniendo clandestinamente en Casa de los Lamas, en menor número quizás y procurando no se nos viera ninguna luz desde el exterior. Hasta que en marzo de 1979 nos la incautaron y nos confiscaron los magros depósitos que teníamos en el Banco de Crédito.-  Nos reunimos a partir de entonces en el bar de Uruguay y Ejido para asuntos menores y un día las "chanchitas" rodearon el boliche e hicieron una arreada a Jefatura, Carlos Julio como el que más, incluyendo alojamiento de hasta 48 horas. Entre un par de ocasionales parroquianos, también cayó uno que había entrado directamente al baño, y con razón pero sin éxito, protestaba su inocencia, concluyendo finalmente con que en este país ya ni se podía proceder a tal o cual cosa tranquilo.

Para asuntos más importantes que determinaran una mayor concurrencia nos reuníamos en algunas chacras o granjas cercanas, más de una vez en la de Zumarán, quien generosa y arriesgadamente nos la ofrecía a pesar de las cuentas pendientes que ya tenía con la justicia militar. Y a nadie se le ocurría alardear de valentía por algo tan natural, aunque siempre despertaban mi admiración y respeto a aquellos compañeros empleados públicos, que tanto más que los que no lo éramos, se jugaban en la parada. Muchos de ellos perdieron sus puestos tras la reunión del Centro Orensano. Y evocábamos constantemente a quienes constituían, junto con los presos políticos, los grandes sacrificados, o sea los numerosos amigos exiliados, ya blancos, ya de otras tiendas que soportaron el mayor peso. Excepto colorados. Y no por sectarismo, por favor, sino porque nunca supimos de ninguno.

En agosto del 82, en los prolegómenos de las elecciones internas, la Comisión Interventora nos devolvió la Casa de los Lamas, nunca supimos bien si en un gesto de deferencia o por el apremio con que la Intendencia les reclamaba los cuatro años de Contribución Inmobiliaria impaga y sus correspondientes recargos que nuestro descapitalizado Movimiento Nacional de Rocha tuvo súbitamente que afrontar.

Jamás oímos en todos estos tiempos en boca de dirigentes blancos que hayan estado presos, ni de Zumarán ni de Aguirre, ni de Rodríguez Labruna, Terra, Lacalle, López Balestra, Santoro, Polla, Galán, Martínez Huelmo, Saldain y perdones si de alguno me olvido, considerarse más meritorios que los que se fueron, como suele insinuar el Dr. Sanguinetti quien no ha tenido ni la experiencia de pasar una noche en la comisaría. Porque aunque su puñalada bajo el poncho vaya dirigida a Wilson Ferreira, obviamente alcanza también a Michelini y Gutiérrez Ruiz quienes prácticamente con aquél se fueron, así como a todos nuestros exiliados políticos incluidos los socialistas, tan afines, según se sugiere, al Dr. Sanguinetti.

Habría sido interesante que les explicara en Río por qué motivo, él, ejemplar azote de la dictadura, va a capitalizar, vía Pacheco o no, el voto del 90% de los adictos a la misma, mal que les pese a los doctores Bolentini y Paysée.

CADA CUAL CON SU CADA CUALA.- Si el articulista de LA SEMANA quiere ir teniendo alguna pauta del aparente enigma, se las iré dando. Busque en la colección de su propio semanario, por ejemplo, una fecha: 26 de enero de 1980, a seis años y que el Dr. Sanguinetti habría lanzado a los vientos su ¡eu fico! para quedarse, según su cadena televisiva, "...aquí en Uruguay, combatiendo a la situación de facto".  Y reproduzca el artículo que informa de las entrevistas sostenidas por Mr. Eaton, enviado del presidente Carter, con los más conspicuos representantes de los diferentes sectores de la opinión.

Por si acaso no lo encuentra, me adelantaré a reproducir lo sustancial. Dice LA SEMANA de la fecha:

"En la sede de la Embajada, Mr. Eaton dialogó el lunes por la tarde con los ciudadanos nacionalistas Carlos Julio Pereyra, Dardo Ortiz, Mario Heber, Juan E. Pivel Devoto y Luis Alberto Lacalle.

El martes, en la propia sede diplomática, conversó con los ciudadanos colorados Jorge Batlle, Raumar Jude y Guillermo Facello.

El lunes por la noche cenó en la residencia de la Embajada con el Dr. JULIO MARÍA SANGUINETTI, Dr. Justino Jiménez de Aréchaga, los Consejeros de Estado Julio César Espínola, Viana Reyes y Dres. Eduardo Carrera Hughes y Juan Carlos Blanco".

¡Notable exhibición de REALISMO político! Que demuestra que el Dr. Sanguinetti, tan proscripto entonces como los mencionados representantes de los partidos Blanco y Colorado al estilo de aquella mentada vaca lechera, no era un proscripto cualquiera. Y en momentos en que toda actividad política estaba prohibida, al producirse una excepción de tal naturaleza, prefiere alternar con la crema de la crema "de la situación de facto".

Y la pregunta surge espontánea y natural ¿concurrió en dicho grupo en representación del Partido Colorado o suya personal? Una de dos. Porque no nos vengan ahora que lo hizo en representación de su pretendido hermano gemelo, el Partido Socialista.

DERECHO DE EXPRESIÓN DE HUELGA.- Con sorna pregunta además el articulista de LA SEMANA, cómo habría reaccionado Herrera si hubiera sabido que el Dr. Zumarán concurriría a una reunión socialista. En lugar de oponernos a elucubrar hipótesis, contestaré con hechos concretos cómo reaccionó Herrera en 1914 cuando la policía batllista mató en enfrentamientos huelguísticos a los obreros Juan Alonso, español, y Juan Anastasio Rolando, uruguayo. La reacción de Herrera fue informarse inmediatamente delos hechos con diversos socialistas testigos de los mismos, ya que entonces no tenían diputado en el Parlamento y allí presentó una interpelación. Claro que sin el menor resultado, ya que la famosa ley batllista del "mal tercio" hacía escarnio de la representación proporcional dando al gobierno abrumadora mayoría, y la interpelación murió al nacer ante el más indiferente silencio del oficialismo.

Era el mismo diputado Herrera, sépalo señor periodista, a quien Batlle encarceló entres ocasiones por delito de opinión, la última conduciéndolo directamente desde la puerta del Parlamento, fueros parlamentarios a un lado y revólver en mano, por medio del comisario Lebrato.

En cuanto a que hubo conspicuos blancos que acusaron a Batlle de haber importado un "peligroso socialismo", concordamos totalmente con el articulista que era una acusación francamente ridícula, aunque, bien ha de saber también que no faltaban colorados que la compartieran. Oigamos lo que dice al respecto el historiador socialista Carlos Machado:

"Más definitorio para filiar a Batlle en otro campo respecto al socialismo, es la actitud asumida en el conflicto con los canillitas (1920). Reclamaban la jornada de descanso semanal...Consiguieron el apoyo de todos los diarios menos el de Batlle... Decidieron entonces hacer un boicot contra "EL DÍA". Salieron a venderlo policías.

Pueden verse las fotos de los chiquilines presos tras las rejas, de cargas policiales contra los que se negaban a vender "EL DÍA".

Frugoni denuncia los procedimientos en el Parlamento: "la policía obliga a los canillitas a arrodillarse después de haber esparcido en el suelo sal gruesa y como si fuera poco, se les coloca en las manos hierros pesados para que los débiles cuerpos hagan más presión y hacer así más dolorosa la situación de los torturados".

Absurdo pues, tildar de socialista a Batlle quien, si bien habló y escribió en contra del latifundio (al igual que en favor del derecho de huelga), contestando a un reportaje de "El Siglo", establecía: "No reconozco la existencia en el país de un problema agrario". Artigas fue acusado de "anarquista" 110 años atrás porque entendía que había un problema agrario y eso que no era un "pensador", según afirmara Sanguinetti en EL DÍA (21.6.81).

LAS BONDADES DEL IMPERIALISMO.- Absurdo, finalmente, seguimos compartiendo con el articulista, acusar de "peligroso socialista" a Batlle, ferviente admirador del máximo representante del imperialismo capitalista, Theodore Roosevelt, predicador de la doctrina del "gran garrote", cuyos "marines" arribaron a nuestro país en cuatro barcos de guerra, a pedido de nuestro gobierno, para combatir la revolución blanca, pero tardíamente, a poco de muerto Saravia, según reconoce el norteamericano Milton Vanger en su biografía de Batlle.

En 1913, admirado y admirador se conocerán en nuestra Casa de Gobierno donde nuestro presidente alcanzó su copa para brindar "...por el paladín de todas las causas justas que han requerido su apoyo (evidentemente alusión a lo anterior)  ... al defensor de la Doctrina Monroe en interés de toda América, al partidario acérrimo de la justicia internacional y de la paz con honor, el propagandista ferviente de la fuerza y el carácter puestos al servicio del bien". Imaginamos a Roosevelt mirando hacia atrás para ubicar al homenajeado.

El mismo incondicional apoyo y admiración será heredado por su sucesor, Woodrow Wilson, cuando procede a la sangrienta ocupación de Veracruz en defensa de los "derechos" norteamericanos en los pozos petrolíferos de Tampico y ante la pretensión del presidente mejicano Huerta de nacionalizarlos. Y sostendrá en EL DÍA (14.2.1914): "Wilson se presentó más bien como un amigo, como un hermano mayor que da consejos a los pequeñuelos barullentos. Bien dicen que no hay redentor que salga bien" y al concluir el conflicto con la prevista imposición del "hermano mayor" y la renuncia de Huerta, concretará en EL DÍA su teoría de que "...cuando una nación incurre en desvaríos internos, es un derecho legítimo que deben aplicar con urgencia sus vecinos, intervenir por las armas y llevar tranquilidad a ese hogar convulsionado por la anarquía". Paternalismo puro.

COMO DIJO "PELODURO".- Los blancos no ejercieron para nada el monopolio, como sugiere el articulista de "...los más duros ataques a Batlle y batllismo", que eso, dentro de su propio partido lo hacía el riverismo. Pero también el fundador del socialismo uruguayo, Emilio Frugoni. Basta con repasar sus discursos parlamentarios  o los de la Constituyente de 1916/17 recopilados en su libro "Los nuevos Fundamentos". O algo más sucinto como "Socialismo, Batllismo y Nacionalismo". En éste describe la contumacia con que el batlllismo trababa sus proyectos sociales, o sea la misma que utilizó para los de Roxlo-Herrera anteriormente: el silencio y luego retocarlos y a veces recortarlos, presentarlos meses o años después como propios. Menos, eso sí, el derecho de huelga: presentado primeramente por Roxlo en 1907, habrá de esperar la caída del batllismo en 1933 para aparecer en el artículo 56 de la Constitución de 1934.
Por todo esto y mucho más, cuando don Domingo Arena define en 1919 al batllismo como "socialismo sin bandera", Frugoni le replicará inmediatamente desde "Justicia", "Ser socialista sin bandera, es decir, sin ideales, y con garantía de obtener altos sueldos en el erario público, es una ganga".
De todo lo cual se deduce que el socialismo batllista es más bien del tipo del que nos define el recordado y genial "Peloduro" en el epígrafe que encabeza este artículo.

JORGE PELFORT
CONCERTACIÓN

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