sábado, 28 de febrero de 2004

RIVERA Y EL IMPERIO DEL BRASIL

Gral. Fructuoso Rivera
(Polémica con  Óscar Padrón Favre)

“Id y preguntad, desde Canelones a Tacuarembó…”, es el comienzo de una conocida semblanza que el Canciller de la Defensa, Dr. Manuel Herrera y Obes, traza sobre el general Rivera. Quien quiera que la lea en “Clásicos Uruguayos” vol. 110, pág. 38, se percatará de que tan sólo esta página inicial encierra algunos elogios, conteniendo las 16 subsiguientes las más enconadas diatribas en contra del personaje. Queda clarísimo que los elogios del comienzo sólo tenían por objeto dar visos de ecuanimidad a las durísimas censuras que se vienen.

Aunque en términos mucho más ponderados, es la misma táctica que utiliza en su carta a El País (15.2.04) el licenciado Oscar Padrón Favre para censurarme a raíz de un artículo de mi autoría en el mismo medio (1.2.04) argumentando que el exterminio de los charrúas llevado a cabo por el entonces presidente Rivera, no constituyó una mera leyenda negra contra su persona. Es así que, después de unos elogios iniciales, el Licenciado comienza a bajarme la caña haciendo uso de aquella célebre imagen tan recurrida por Benito Nardone (Chicotazo), en cuanto a que se debe actuar con la divisa partidaria sobre la frente y no dejarla caer sobre los ojos, encegueciéndose, o sea en buen criollo que no se debe faltar a la verdad. Alude luego, por la mitad de la extensa misiva, a una serie de 8 “olvidos” en los que me dice que caigo —término eufemístico por “omisiones deliberadas”—, según su particular interpretación de los hechos. Sentencia finalmente el Licenciado que ya no es tiempo de mitos ni panfletos. Y acude a mi mente el viejo refrán de las perdices…

Obviamente, responder todas esas extensas disgresiones insumiría un folleto. Voy, por lo tanto, a contestar por ahora una sola de sus afirmaciones, la que realmente me impactó por lo concreta: la que afirma que “… el Imperio del Brasil fue su enemigo (de Rivera), alcanza ver los esfuerzos realizados para comprarlo o destruirlo…”. Pasemos a evaluar los resultados de dichos esfuerzos y a contabilizar los “olvidos” en que el Licenciado pueda haber incurrido al respecto.

1) 12.7.821 - El coronel del ejército de ocupación portugués Fructuoso Rivera es designado diputado de Extramuros ante el Congreso Cisplatino (16 miembros), por el dedo del Barón de la Laguna, Carlos F. Lecor.

2) 18.7.821 - El Congreso vota por unanimidad nuestra incorporación a la corona de Portugal.

3) 28.7.821 - El Congreso confiere a los diputados Rivera y Bianqui la distinción de llevar las actas de incorporación al máximo jerarca de la ocupación, Lecor, “… a quien fueron entregadas”. En la misma fecha el diputado Rivera firma recibo de sus dietas por la suma de 35 Ps.Rls.

4) 30.7.821 - Ambos mensajeros se presentan al Congreso “… exponiendo el Sr. Bianchi y el Sr. Rivera que habían entregado el pliego”. (Hasta aquí tomado de J. Pivel Devoto, “El Congreso Cisplatino”).

5) 7.9.822 - Un año y poco después de lo anterior, Brasil proclama su independencia de Portugal. “Producida la secesión, el Regimiento de Dragones de la Unión (comandado por Rivera) era el primero en jurar adhesión al Emperador” y “…con la presión de las fuerzas a su mando provocó los juramentos de pueblos y cabildos. En recompensa, Rivera fue nombrado Caballero del Hábito de Cristo” (Alonso, Sala, de la Torre y Rodríguez, “La Oligarquía Oriental en la Cisplatina”, ps. 148 y 166).

6) 17.10.822 - El juramento probrasileño arrancado por Rivera y regimientos y cabildos rezaba así: “¡Viva nuestra santa religión! ¡Viva la independencia del Brasil y del Estado Cisplatino! ¡Viva la Asamblea General Constituyente y Legislativa del Brasil! ¡Viva el Emperador constitucional del Brasil y del Estado Cisplatino! ¡Viva la Emperatriz del Brasil y la dinastía del Brasil y del Estado Cisplatino! ¡Viva el pueblo constitucional del Brasil y del Estado Cisplatino! ¡Viva la incorporación del Estado Cisplatino al grande Imperio Brasilense! (E. Acevedo, “Alegato Histórico” III, p. 678).

7) ?.?.822 - Sólo el Cabildo de Maldonado se atrevió a hacer alguna objeción al juramento. “Pero sus resistencias fueron quebradas cuando Rivera se presentó con una escolta y con la orden del Barón de remitirle con grillos a todo el que se opusiera a la proclamación imperial (María J. Ardao, “Contribuciones Documentales”, Rev. Museo Hist., t. 20. p. 269).

8) 22.1.823 - Logrados todos los juramentos necesarios, y desbaratado el movimiento de Lavalleja de fines de 1822 —perseguido hasta el río Uruguay por Rivera—, “… Pedro I lo agració con el hábito de Caballero de la Orden del Cruzeiro”, (J.M. Fernández Saldaña, “Dicción. de Biogr.”, p. 1.090).

9) 1.5.823 - Nicolás Herrera, tras haber desbaratado Rivera la incipiente revolución acaudillada por el veterano capitán artiguista Pedro Amigo —quien fue ahorcado en Canelones—, escribe al Emperador: “Que toda reunión de gauchaje que existen armados en rincones y bosques sea deshecha. Que esta comisión se encargue al Coronel Rivera que conoce a esta gente. Y que a este benemérito oficial se le dé un grado pues a él se debe la dispersión de los anarquistas y el restablecimiento del orden y del sosiego” (E. Narancio, “Estudio sobre la Independ. Nal.”, El País 24.4.975).

10) 26.5.823 - Rivera recibe “… del Emperador el nombramiento de Brigadier General con un sueldo de 96.000 reis” (Alonso, Sala, de la Torre y Rodríguez, o.c., p. 148).

11) 12.2.825 - El cónsul brasileño Correa da Cámara escribe a Itamaratí: “Urge grandemente atender sin demora a los servicios extraordinarios, celo y heroica fidelidad del Brigadier Fructuoso Rivera; no se diga que está bastante remunerado con el puesto de Brigadier y con las simples insignias de ‘Cavalleiro do Cruzeiro’… a cuya influencia se debe en grado eminente la conservación de esta Provincia y la paz que aquí se disfruta. Está muy endeudado (por el juego) como he dicho en mis anteriores; importa sacarlo de ese estado de vergonzoso abatimiento… impórtanos que viva con dignidad y decencia este Agente esencial que promueve nuestros intereses, que se ocupa continuamente de plantar sus buenos principios de adhesión y obediencia entre los habitantes de la campaña… y engrosar aquí su Partido, que tanto bien nos está haciendo”, (A.M. de Freitas, “El levantamiento de 1825″ p. 16).

12) ?.3/4.825 - Seguramente que a raíz del vehemente pedido anterior, Pedro I “… le dispensó el título de Barón de Tacuarembó, que no aceptó”, (Carlos H. Freire, “El general F. Rivera”, P. 27. La no aceptación resulta lógica, ya que, capturado en Monzón el 29.4., al otro día temprano adhirió a la Cruzada, con lo cual la designación —si es que llegó a Montevideo— lo hizo tardíamente. La designación la confirman Narancio, Lepro y otros.

13) 2.5.825 - Lavalleja a su esposa: “… el 29 a las once de la mañana lo hice prisionero con 6 oficiales”. (J. Pivel, “La Epopeya Nal. de 1825″, p. 12).

14) 28.10.825 - Rivera a Zufriategui: “… desde que yo me rendí al ejército e impartí las órdenes que hallaba a bien impartir el Señor General (Lavalleja)…”, (Div. Hist. y Arch. del E.M.E., “Corresp. Militar de 1825″, tomo II, pág. 258).

15) 5.2.837 - Derrotado Rivera en Carpintería y refugiado con buena parte de sus tropas en Brasil, el cónsul inglés en Montevideo, Hood, escribe a su par en Río, Hamilton, que “… desde el momento en que Rivera entró en territorio brasileño y sus hombres al servicio de Brasil, la guerra cambió de carácter, la Corte de Rio Janeiro su tono… comenzaron un sistema de falsas acusaciones contra este gobierno, que han puesto a ambos países al borde de hostilidades”, (Herrera “Por la Verdad Hist.”, cap. LXX). Por su lado, el brigadier Bento Manoel Ribeiro propone: “He facilissimo mudar a administraco do Estado Oriental sem que o governo de Brasil possa ser arguido de ter concorrido para tal feito. Existe na Provincia o general Rivera com quasi 500 orientaes e argentinos emigrados, e a maior parte engajados a soldo do Imperio… se reunirem com aquelles guaranís que esto em servio, compondem-se assim una diviso de 700 homens. Esta… se considerará rebellada. O general Rivera tomando o comando della, operará como convier apossandose de Paysandú…” Y se ordenará proveerlo además de caballada y armamento, de “… jaquetas, outras tantas calas, de 600 a 700 ceroulas (calzoncillos), 700 camisas, ponchos de panno, chiripás…” (Herrera, “Seudo-Historia para el Delfín”, cap. XXII/XXIII).

16) 1.11.838 - Rivera “… hizo su entrada triunfal en Montevideo, acompañado hasta del Encargado de Negocios (hoy Embajador) y Jefe y oficiales de la Estación Naval del Brasil…” (”Memoria de Ramón Masini”, Rev. Museo Histórico t. 42, p. 493). Así, pues, se gestó el primer golpe militar contra un gobierno constitucional en esta República.

17) ?.11.848 - La logia brasileña “Polonia” —que integra, entre otros, “Sua Magestade Imperial o Augustissimo Imperador do Brasil D. Pedro II”—, extiende a Rivera certificado de “Honroso Membro do Grao Meridiano do Universo, Zelador da Liberdade Nacional para ajudar e para defender a Constituco Nacional. Se obrigo á estender todos os animos á gloria do Throno e á prosperidade e fora Nacional do Imperio de Brasil”. (facsímil en suplemento dominical de El Día, 6.3.977, y original en AGN).

El Lic. Padrón Favre, en su mencionada carta, pretendió señalarme 8 supuestos “olvidos” sobre diversos temas en la mía del 1° de febrero. De mi parte, acabo de destacarle 17 “olvidos” suyos respecto a una única y solita de sus afirmaciones, la de que “… el Imperio de Brasil fue su enemigo”, ¡de Rivera! Que si alguna vez estuvo arrestado en Brasil, no fue precisamente, como tanto patriota, por enemigo de la ocupación —de la que tanta ventaja supo sacar—, sino a exigencias rigurosas de sus correligionarios de la Defensa y bajo las más tremendas de las acusaciones.

Ya no se trata de una divisa obstruyendo la visual, sino de un poncho patria envolviendo la cabeza.

Jorge Pelfort

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