miércoles, 29 de agosto de 1984

IMPERIALISMO DE ULTRAMAR EN URUGUAY (VIII)


El eco despertado por la pomposamente denominada "Doctrina de la Intervención Multilateral" o del "Paralelismo entre la Democracia y la Paz", fue apenas un susurro.

Nuestra Cancillería cursó nota formulando la proposición a sus similares del continente el 21 de noviembre. El día 5 de diciembre en nuestro senado, el herrerismo con el apoyo del coloradismo independiente obtuvo 15 votos para una moción de censura.
Empero 16 surgieron en favor de la doctrina imperialista: la votó en pleno el batllismo, los tres senadores blancos independientes, el de la Unión Cívica y el presidente del senado y vicepresidente de la República (Canciller elogiado por los comunistas cuando ambos querían las bases) Dr. Alberto Guani (colorado guanista). Con excepción de éste, bien de éste, bien definidos los campos: de un lado el "marzismo" y del otro lado el "antimarzismo" (golpe de marzo de 1933) El tema pasó a la Comisión de asuntos Internacionales donde, ante el fracaso a nivel continental, murió en el más piadoso olvido. En efecto, en julio del 46, la Junta Directiva de la Unión Panamericana declaró "...inadmisible la intervención de uno o más Estados directa o indirectamente, sea cual fuere el motivo en los asuntos internos o externos de otro Estado".

Sólo cuatro países Nicaragua (¡con Somoza!), Guatemala, Panamá y Venezuela dieron su apoyo. Los propios Estados Unidos, después de adelantar su "adhesión incondicional", visto el fiasco, buscarán afligidamente una salida elegante, sugiriendo "un plazo de discusión y estudio", en buen romance, "entierro de lujo".
Como cuando las "bases", la mayoría nacionalista, con un enardecido Herrera al frente, había señalado el camino de la dignidad al partido y al país.

Y finalizará uno de sus innúmeros editoriales dedicados a combatir el proyecto: "Vive la América española! Demostrarlo es la única virtud que, a su pesar ha tenido la tristemente célebre doctrina entreguista".

Terminada la guerra, se producen (1947) las primeras fisuras serias entre los principales vencedores, o sea Estados Unidos y la URSS. Adiós, luna de miel de comunistas con yanquis y, por lo tanto, con nuestros gobiernos. La nueva situación parece requerir un urgente "Pacto Interamericano de Asistencia" que se hará efectivo en Río de Janeiro, y allí lo firmarán los representantes uruguayos (presidencia Berreta).

Dirá Herrera: "¿Y la defensa va a consistir ahora en arrastrarnos al tremendo drama cuando ellos se prendan, por caso, con Rusia?¿Que nosotros, sin agravios que cobrar (de lo cual se vanagloriaban Viera y Brum en 1917), marchemos como voluntarios... como pajes del coloso, abrojo de sus crines, para inmolarnos por su imperialismo entre cuyas víctimas pasadas y futuras, cada vez más nos contamos? (...) Ni las filas rojas del comunismo, ni "una estrella más" en la bandera de ningún imperialismo (...) En nuestra América asoma una Tercera Posición no incompatible con otras que alumbran en otros cielos, las de los pueblos que sin pactos, sin actas, sin compromisos, pueden unir sus movimientos espirituales a un mismo anhelo de justicia social, a una misma esperanza de vida vivida en paz: unidad moral de los pueblos libres y soberanos..."

Y con la firma de Herrera, Basilio Muñoz, Fernández Crespo, entre otros, el Directorio Nacionalista impugnará duramente el Pacto.

BOGOTAZO, GUERRA DE COREA, PACTO MILITAR.- Terminada la conflagración mundial, no era cosa de que, calmado el fervor panamericanista tan trabajosamente logrado, las naciones americanas resolvieron fijarse libremente sus derroteros. Es así que el 1º de abril de 1948, tiene lugar la inauguración de la Conferencia de Bogotá, donde se fijaría por medio del canciller norteamericano general George Marshall (Jefe de Estado Mayor durante toda la guerra mundial), la política interamericana de futuro.

Subyacía en el pueblo colombiano un sordo sentimiento de rebelión ante su humillante situación socio- política, encabezado primordialmente por el líder del partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, duro censor de la misma. A la semana de inaugurada la Conferencia, Gaitán cae asesinado en las calles de Bogotá. El pueblo estalla en incontenible rebelión. La Conferencia se suspende y todos los delegados, el omnipotente general Marshall como el que más, deben retornar apresuradamente a sus lares.

El 12 de abril escribe Herrera en "El Debate": "Sí, con la corrupción como llave maestra... han hecho lo que han querido, han agotado todas las paciencias. Por manso que sea el perro, no es prudente pegarle y pegarle... al fin suele morder. Y los sudamericanos no somos ni perros ni mansos. (...) En Bogotá iban a "rematar la suerte"... La más formidable marcación de reses que jamás se viera! (...) Terrible lección de conducta humana que marca un codo en la vida internacional de la América del Sur! (...) Hubieron saqueos, incendios y crímenes, no constituyen novedad en los arranques vengativos de la furia popular escarnecida".

Y con el título de SANDINO Y GAITAN: “Ambos combatieron por la libertad de sus patrias... y sobre ambos se ha lanzado un anatema vergonzante. El primero, "bandido" nicaragüense -también a Artigas se le llamó bandido- acabó sus días bajo el plomo de la traición, cuando hablaba de una Nicaragua libre, sin amos voraces ni simuladores de independencia. Gaitán, hombre de ideas nuevas, enamorado de la justicia social, pago con su vida sus arranques de hombre libre. A éste como a aquél, se los llamó 'comunistas'  en la hora de la muerte. No fue Gaitán comunista ni Sandino un bandido centroamericano. Ambos fueron soldados de la auténtica libertad y de la dignidad americana".

Y reuniendo al Directorio este emitirá la presente declaración: "El Honorable Directorio del Partido Nacional acordó tributar un voto de amplia solidaridad americanista con el valiente pueblo colombiano".

1951 - Estados Unidos está embarcado en la guerra de Corea y quiere, como contra Alemania, arrastrar tras de sí al resto del continente, para lo cual cita a sus "hermanas" a Washington en el mes de marzo. Apoyado por Colombia, Brasil, Paraguay y Uruguay, presenta un proyecto de "Pacto de Ayuda Mutua", que implicaba el envío de tropas sudamericanas a la guerra. Colombia las enviará; si Uruguay no lo hizo, fue gracias a la cerril oposición que levantara Herrera a pesar de la "amable" visita que le hiciera a su famosa quinta, nada menos que el Subsecretario de Estado norteamericano Edward Miller, acompañado por el embajador en nuestro país. El Directorio declarará: "Que no acompañará ninguna medida que signifique la participación de fuerzas nacionales fuera de fronteras, salvo en aquellas circunstancias que afectaren la soberanía y la independencia del territorio y de la vida nacional".  Y como con las "bases" y con la "doctrina intervencionista", liquidado el asunto.

1953 - Nuestros "hermanos" del Norte no cejan. Descartado el envío de uruguayos a Corea, obtendrán del flamante Ejecutivo Colegiado, la firma de un Pacto Militar (Military Assistance Pact) orquestado en Río de Janeiro. Según su artículo primero, para "...fomentar la defensa del hemisferio occidental" El artículo segundo aclara: "... a menos que se acuerde otra forma (importante puntualización) no dedicarán esa ayuda a otros fines diferentes".

El 26 de junio será aprobado por los seis integrantes de la mayoría colorada del colegiado, votando en contra los tres representantes nacionalistas (Echegoyen, Berro y Vargas). Dirá Herrera: "El pueblo repudia ese intento de vasallaje que nos convierte en paje de armas del gran imperio norteño".

El 8 de abril de 1959 fallece este formidable luchador en defensa de nuestra soberanía, a tan sólo cinco semanas de haber visto concretado uno de sus más ansiados sueños: que el Partido Blanco recuperar el gobierno perdido noventa y cuatro años atrás, ante la complicidad de los títeres de imperialismo británico.

UNA TRADICIÓN "RESPONDONA".- Sobre el breve período de gobierno blanco y en lo que atañe al tema, dirá Carlos Machado ("Historia de los Orientales"): "En tres ocasiones y con entorno desigual, difirió Uruguay con la orientación de Estados Unidos. En julio del 64 no votó la ruptura de relaciones con Cuba. En diciembre, por boca del Subsecretario de Hacienda, Héctor Lorenzo Ríos, enrostró a Thomas Mann -encargado imperial de América Latina- los efectos de la dependencia, promoviendo un debate muy duro en una conferencia interministerial. En mayo del 65 Uruguay condenó el desembarco en la República Dominicana y se negó después a mandar contingentes a la fuerza multinacional que encubrió el atropello de los EE.UU".

En cuanto al primero de los puntos, a pesar de las  fuertes presiones ensayadas por Estados Unidos, la mayoría blanca de nuestro Ejecutivo Colegiado (Fernández Crespo, Giannatasio, Beltrán, Heber, Penadés y Lorenzo y Losada) votó en contra de la ruptura con Cuba, haciéndolo en favor la minoría colorada)

Gestido, Abdala, Vasconcellos). Posteriormente, ante el triunfo de la posición pro ruptura en la OEA, resolución que implicaba mandato imperativo, el gobierno se vio compelido a hacerla efectiva. 


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